Padres de Capadocia

Como sabemos por los Hechos de los Apóstoles, el territorio actual de Turquía fue la patria y lugar de la primera evangelización. Partiendo de Antioquía del Orontes (hoy Antakya), s. Bernabé, s. Pablo y muchos otros - enviados por la comunidad cristiana en virtud de una escucha atenta del Espíritu Santo (Hch 13, 1-3) - comenzaron a viajar para llevar a otros lugares, comenzando por las sinagogas judías, la novedad de Jesús y su Evangelio. Entre las diversas regiones evangelizadas, debe contarse Capadocia, tanto por su encantadora belleza naturalista como por la estatura de sus teólogos. Entre ellos algunos de los más grandes Padres de la Iglesia: Basilio de Cesarea, su hermano Gregorio de Nisa y Gregorio de Nazianzo, quienes jugaron un papel crucial en la elaboración teológica sobre la Persona del Espíritu Santo. Junto a ellos, un número impresionante de ermitaños, monjes y misioneros, como el joven Sisinius, Martirio y Alessandro, que luego fueron asesinados en el Val di Non (ver….).
Se formó así un enjambre de iglesias, ermitas, ermitas, pequeños monasterios, perfectamente insertos en un conjunto de huertas, arroyos desviados, terrazas, palomares para recoger abono, pequeños campos de cultivo, árboles frutales, viñedos para la elaboración de un excelente vino siempre, piedras de molino para cereales y aceitunas, etc. La gente llevaba alimentos a los monjes para apoyarlos en la oración y la oración ayudaba a la comunidad a alejar el mal ya vivir una vida humana y cristiana en paz. Pero los mismos monjes y monjas vivían la vida de los campesinos, de la gente común, solo que dedicaban mucho más tiempo a la Palabra de Dios, al estudio, a la liturgia, a las curaciones y a pintar al fresco las capillas para decirle a la población la historia de la salvación (Antiguo y Nuevo Testamento) a través de imágenes. Un monacato difundido y perfectamente integrado en el contexto social, que constituye un ejemplo muy interesante, a redescubrir aún hoy.